Egipto condenó a muerte a 683 presos políticos
Partidarios del presidente egipcio depuesto, Mohamad Mursi, fueron condenados el lunes pasado por un tribunal a pena de muerte por los cargos de violencia y disturbios durante las manifestaciones tras su destitución, en julio de 2013. Por Laureano Larroza para ANRed
El tribunal emitió el veredicto durante una audiencia en la sureña provincia de Minya este lunes. El líder de la organización Hermandad Musulmana, Mohamed Badie fue uno de los acusados que recibieron la pena capital.
Los inculpados fueron imputados por los incidentes que tuvieron lugar en agosto de 2013, cuando el desalojo policial de las acampadas de los seguidores del depuesto presidente Mohamad Mursi, desencadenaron una oleada de violencia. En la provincia de Minia, al sur de El Cairo, los enfrentamientos acabaron con la vida de un oficial de policía, motivo por el que un juez de la corte egipcia ordenó la pena de muerte para 683 supuestos partidarios de los Hermanos Musulmanes. Algunos de los condenados aseguran incluso no tener relación alguna con la agrupación ni con las protestas.
Los letrados defensores tachan al proceso de ilegal. Aseguran que los acusados no han podido defenderse y argumentan que el juez dictó sentencia sobre un dossier de miles de folios en sesiones de apenas 20 minutos. El mismo juez ratificó la pena capital para otros 37 condenados, mientras que a 492 se les ha conmutado por cadena perpetua.
Cerca de un millar de las más de 1200 personas implicadas en este juicio son procesadas en rebeldía. Además el gran muftí, la máxima autoridad religiosa del país, debe ahora pronunciarse sobre las últimas sentencias antes de que el juez tome una decisión definitiva. Esto dificulta el cumplimiento de las penas, aunque no rebaja las críticas de distintas organizaciones ni la polémica en las calles.
Cabe recordar que en marzo de este año, un tribunal de El Cairo condenó a muerte a 529 partidarios del ex presidente Mohamed Morsi, acusados del asesinato del comandante adjunto de la comisaría de policía del distrito de Matay, en la capital, durante los disturbios posteriores a la represión de una sentada en la mezquita Rabaa al-Adawiya, en agosto de 2013.
La noticia se dio a conocer junto con otro polémico fallo en el que se prohíben las actividades del movimiento revolucionario 6 de abril, grupo que encabezó las protestas durante los últimos coletazos de la dictadura de Hosni Mubarak y jugó un papel decisivo en su caída. La agrupación es acusada de espionaje, de difamar la imagen de Egipto y de recibir fondos del extranjero. Con sus principales líderes en la cárcel, el colectivo señala que seguirá protagonizando manifestaciones contra el régimen actual.