«No es una enfermedad mental lo que nos afecta, es un sistema que nos está dañando y necesitamos cambiarlo»
Una gran cantidad de pacientes, artistas y médicos se congregaron para participar de la visita que Patch Adams, conocido como el «doctor de la risa», realizó el pasado miércoles 18 en las instalaciones del Hospital José T. Borda, tras conocer los lamentables hechos de represión policial desatados por orden del gobierno porteño a fines de abril de este año, que dejó el saldo de varios médicos, pacientes y periodistas heridos, y ahora también procesados. Imágenes e informe: ANRed.
Desmanicomialización de la mano de Patch en el Borda
La realización de tres murales en simultáneo, con la participación de artistas como Palo Pandolfo, Los Cazurros, Payamédicos, Clown y Kevin Johanssen, junto a muchos otros artistas plásticos y músicos del Frente de Artistas del Borda (FAB), marcaron el ritmo en una jornada de reflexiones permanentes y profundas sobre el proceso de desmanicomialización que está marcando un rumbo distinto en cuanto a la fundamentación de la existencia de los manicomios en todo el mundo, no sólo en la Argentina, y la externalización de los pacientes como fin y objetivo último de este largo camino de cambio.
«Creo que no descubrieron que todavía son niños es sus corazones (…) Si eres amigo con tu niño interior, estás libre para ser un adulto sano”, señaló Adams. Patch que su filósofo preferido es Federico Nietsche, y dijo: «la lucha de la madurez, es capturar la capacidad de jugar».
«Yo tengo una pregunta: ¿qué fuerza o fuerzas hace que todos estemos aquí en este momento?: no es Patch Adams. Es algo que todos queremos, un mundo donde no haya guerras, y este mundo no podemos hacerlo si estás con problemas. El Capitalismo controla tu mente con depresión mental, la presión de la ansiedad. Freud en uno de sus últimos libros dijo que quizás la enfermedad mental es una respuesta sana a una sociedad que está enferma”, continuó, en una extensa charla con los presentes el doctor.
En este sentido, aseguró: «se establecen muchas enfermedades mentales, que nos dicen `necesito un amigo, la naturaleza, las artes, necesito dedicar mi vida al cuidado a los animales y a la naturaleza´. Entonces no es una enfermedad mental lo que nos afecta, es un sistema que nos está dañando y necesitamos cambiarlo”.
Luego, uno de los integrantes de la Colifata intervino apostando: «en este momento, abandonemos nuestra mediocre, incapaz, codiciosa y usurera normalidad para convertirnos en colifas, en delirantes, en locos. Felicito a los payasos presentes, viva la salud pública, no al emprendimiento inmobiliario, vivan los médicos, viva la vida, viva nosotros carajo!”, culminó su intervención.
Patch Adams cerró su intervención en el predio del Borda diciendo: «desde mi silla, aquí, veo siete colillas de cigarrillos. Las veo. Ver esto en el jardin donde viven me molesta, tardan años en que se degraden, y en EEUU matan a 800.000 personas al año. No fumen, así pueden correr a los 68 años como o hago yo. No los tiren al piso. Vos decidís. Debes mirarte todos los días al espejo y decidir si ser un ser radiante para vos mismo y para el mundo, para cambiar el mundo. Y si no lo estás haciendo, vas a mirarte y decir: hoy voy a hacerlo”.
Patch Adams es un médico muy particular: En 1963 fue internado en un hospital psiquiátrico porque también él había tratado de suicidarse, tras la muerte de un tío suyo. Es un médico convencido de que la salud de una persona depende directamente del mundo, de su entorno, y de su sentido del humor como generador de endorfinas para mejoramiento de la circulación, relajación de los vasos y el mejoramiento de la calidad de vida de enfermos terminales o crónicos.
Así fue como con amigos fundó el Gesundheit Institute funcionando como institución médica durante 12 años, que aún continúa su trabajo a través de los viajes y las conferencias de Patch y su equipo por el mundo, mostrando su experiencia y dando las herramientas para desmanicomializar la vida de los pacientes del Borda.
Basta recordar la avanzada macrista de la mano de la Metropolitana para demoler los Talleres Protegidos del Borda, con sus palos, balas y gases, para preguntarse dónde, de qué lado del muro están los verdaderos locos.