Brevarios de la impostura
Obra que bucea en la relación familiar de tres hermanos. «Hijos oscuros» despliega las terribles sombras de un conflicto filial del que nadie puede salir indemne. Mentiras y verdades salen a la luz cuando se enciende el imparable motor de la desesperación y todo ya es muy tarde para aparentar aquello que no es ni nunca se fue. Por ANRed
I
Representada de forma minimalista, «Hijos oscuros» se parece a esos cuentos que de forma perfecta se cierran en una parábola inesperada pero que ya secretamente se deja entrever en el principio de la historia. Nada está librado al azar en el argumento, y cada pequeño detalle construye la totalidad de un mundo ficcional autónomo y verosímil. Sin grandes ornamentaciones en la puesta en escena, el espacio se adapta a la función de contar una historia pequeña donde la profundidad de un conflicto pone en juego reacciones y palabras que desencadenan la personalidad oculta de cada personaje.
II
En un departamento tres hermanos que no tienen una buena relación se reúnen para intentar solucionar un problema familiar y al mismo tiempo buscar una salida para sus propios infiernos. Así entre los personajes encontramos al que es el hijo exitoso y manipulador de la familia, al hermano que es artista y que no puede sostenerse financieramente ni cumplir sus sueños de gloria, y por último a una hermana que ya casada y con hijos lucha por sobrevivir también a un declive financiero y la mala fortuna de su marido a la hora de los negocios. Entre ellos, invisible pero presente, un padre anciano ilumina el conflicto, el futuro unido a su figura como una solución y un problema moral que pone en cuestión las raíces más profundas de la identidad de cada uno de los hermanos.
III
Tres hermanos, un problema, una solución y un dilema moral. Hijos oscuros, violentos, la obra centra su logro argumental cuando lentamente da cuenta de la transformación de los personajes y sus motivaciones a la hora de pensar su posición ante el conflicto. Un cambio del que ya no se puede volver atrás y como una fuga hacia adelante los llevará a dar el paso final que revela la verdad de las propias miserias para aceptar un destino, y dejar de ser lo que no se es, lo que se esconde en las imposturas de la fraternidad paternal y lo que emerge desesperado ante la necesidad cuando ya no queda nada por perder.