Un Cacho de machismo
«Si la violación es inevitable, relájate y goza», dijo Cacho Castaña en una entrevista en el programa televisivo que conduce Mariano Iudica. La frase «poco feliz” responde a un sexismo automático, es decir, esa mentalidad discriminadora de la mujer y cuerpos feminizados, que responde a una moral que no se revisa y que se instala como discurso. Se trata de una moral que comparte un sector de la sociedad y que es el sustrato de la violencia hacia las mujeres. Un buen síntoma social ha sido el repudio de sus palabras, que ya no pasan desapercibidas como exabruptos o chistes, sino como lo que son: discursos misóginos. Por ANRed
«Si la violación es inevitable, relájate y goza», dijo Cacho Castaña en una entrevista en el programa televisivo que conduce Mariano Iudica. Ambos varones dialogaban sobre el extremismo al que se ha llegado por culpa del feminismo. Lo que antes eran chistes, hoy ya no lo son y eso parece incomodar al decadente cantante, quien alguna vez fuera bautizado como un «Cacho” de Buenos Aires.
Estas expresiones que parecen ingenuas, a modo de broma o exabruptos responden a una consciencia discursiva, amparada por una moral socialmente compartida y culturalmente aprendida. El sexismo automático es un concepto que explica perfectamente cuál es el origen de estas expresiones misóginas, aún cuando la intención de quien las dice no es violentar a ninguna mujer de forma explícita.
Esta violencia estructural es el sustento de lo que Rita Segato llama «sexismo automático”, es decir, aquella mentalidad discriminadora no sólo de la mujer sino de todo aquello que se encuentra en relación con lo femenino, que no responde a la conciencia discursiva de los actores sociales, sino a la costumbre, amparada en una moral que ya no se revisa. Esta idea nos ayudará a comprender porque las expresiones dichas por el cantante no son un simple exabrupto, sino más bien la expresión de valores morales compartidos por la sociedad.
El modelo de varón que encarna Cacho Castaña, tal como dicen sus canciones: tramposo, vago y atorrante, es la caricatura de un modelo de masculindad que hoy está bajo la lupa. Puesto que en un país donde cada 18 horas una mujer es asesinada por su pareja o por otro varón, amerita revisar con urgencia las estructuras que condicionan nuestros hábitos y costumbres.
Un gran síntoma social han sido las numerosas muestras de repudio a sus palabras. Algo va cambiando y hay una sociedad que no está dispuesta a dejar pasar este tipo de expresiones que no hacen más que reproducir la violencia machista. Pero este logro ha sido posible gracias al movimiento feminista que ha visibilizado las luchas: en las calles, en cada marcha, en los Encuentros Nacionales de Mujeres.
Desde el movimiento de mujeres dicen «Â¡basta de violencia mediática!», sobretodo a este señor que en el año 2009 fuera declarado Personalidad Destacada de la Cultura por una iniciativa del macrismo.