17/03/2017

Triunfo parcial del acampe y presión del triunvirato piquetero

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Por un momento, la mañana del 15 de marzo puso en estado de inestabilidad emocional al gobierno nacional, cuando aún no lograba destrabar el acampe del Frente de Lucha y al mismo tiempo el triunvirato piquetero avanzaba sobre los accesos principales a la ciudad de Buenos Aires. En este marco se vio forzado a firmar casi todo el pliego de reclamos del Frente de Lucha (FOL entre otros). Por Leandro Rodriguez para ANRed


El rompecabezas del sindicalismo tiene su correlato en otro rompecabezas: el de la evolución del movimiento piquetero. Mientras buena parte de la clase dominante debate qué tipo de ajuste realizar por medio del gobierno y el ritmo gradual o de shock del mismo, los sectores populares van entrando cada vez más de conjunto en la lucha contra el ajuste, debatiendo con qué política y alianzas hacerlo.

Esta semana se dieron dos grandes luchas desde las organizaciones que buscan conquistar derechos para los sectores más precarizados.

Ante la falta de implementación de los acuerdos establecidos entre el gobierno y el triunvirato piquetero (CTEP, CCC, Barrios de Pie) este sector retornó con fuerza este miércoles a las calles y puentes, sumando a su vez a otras organizaciones, como el Frente Popular Darío Santillán. Decenas de miles de trabajadores en todo el país salieron a reclamar el funcionamiento efectivo del acordado Consejo de Emergencia Económico y Social para traducir los 30.000 millones de pesos de ese acuerdo en una paritaria integral con el Estado donde se incremente el monto del pago por los distintos programas de trabajo y un salario social complementario, entre otras demandas.

Según declaraciones de integrantes de estas organizaciones, este día de lucha es un paso adelante para conquistar la implementación de los acuerdos firmados. Esteban Castro, secretario general de la CTEP señaló que «decidimos hacer cortes en todo el país en pos de la unidad, lo único que nos puede hacer libres es la hermandad de los trabajadores”, y agregó, «estamos más decididos que nunca, si no hay soluciones para nuestros compañeros, repetiremos los cortes («¦) la paciencia tiene un límite…”.

De todas maneras no se anunciaron logros concretos. En la tarde la ministra Carolina Stanley llamó por teléfono y en conversación con Juan Grabois definieron abordar la implementación de los acuerdos firmados.

La novedad, el acampe del frente de lucha

Mientras la movilización del triunvirato piquetero implicó una presión del mismo para darle color a su acuerdo con el gobierno, el acampe del martes 14 frente al ministerio de Desarrollo Social sorprendió y desubicó al gobierno.

En un clima de alza de luchas de cada vez mayores sectores sociales, que amenazan con romper los estrechos límites económicos e institucionales que busca imponer el gobierno, el reencuentro de varias organizaciones sociales que hicieron el año pasado las acciones directas más decididas y asamblearias es una pésima noticia para el gobierno.

Tras el exitoso acampe en Plaza de Mayo en septiembre del año pasado, el Frente de Lucha (FOL, MTD-AVerón, FAR, FOB, LyT, VL, MTRDD, MRP, M8) se fue debilitando al no encontrar una vía de acción común ante el Consejo de Emergencia. Por un lado había cierto acuerdo en torno a que sería progresiva la inauguración de paritarias del sector precarizado en pro del establecimiento de derechos sociales y laborales cercanos a los de los trabajadores en blanco, así como el incentivo estatal a las cooperativas ya existentes. Por otra parte existían distintas apreciaciones en las organizaciones del Frente de Lucha en torno a si el Consejo de Emergencia sería una vía para conquistar las paritarias para el sector precarizado de conjunto.

El movimiento con mayor peso, el FOL, fue el más audaz en establecer puentes con el triunvirato piquetero tras el interés común de la apertura de paritaria social y la consecusión de derechos cualitativos para todas y todos los trabajadores del sector. Sin embargo la conducción del triunvirato piquetero, es decir la CTEP, pasó de afirmar promover una unidad de acción de todo el sector en torno a reivindicaciones en común, a reclamar una unidad más política para la lucha en común.

Ante el ninguneo del gobierno a todas las tendencias, y en particular la no implementación del Pacto de Emergencia de Octubre pasado, era de prever el retorno de las organizaciones a las calles. En este marco, las decenas de miles que salieron con el triunvirato piquetero lo hacían más bien como una demostración de fuerza dentro de las reglas de juego establecidas con el gobierno.

La sorpresa de la semana estuvo dada por la capacidad de reactivar el Frente de Lucha como protagonista del sector, restaurando la unidad interna en cuestión y acordando unidad en la lucha con el Polo Obrero. Un protagonismo basado en una masividad cualitativa del Acampe, donde cerca de ocho mil personas mostraron un elevado espíritu de lucha junto a la convicción de que podían ganar y de que no se irían sino con un triunfo.

La articulación de este sector forzó al gobierno a llegar a un acuerdo impensable hasta el día anterior. Acordó a las dos de la mañana incrementar los planes y recursos al Polo Obrero, retirándose éste del Acampe en ese momento. En cambio le costó bastante más cerrar un acuerdo con el Frente de Lucha, lo que puso en aprietos al gobierno ante la simultaneidad de la medida con la de los cortes a los accesos de parte del triunvirato piquetero.

En la Asamblea de cierre del Frente de Lucha, ya cerca de las 14 hs, sobre Av de Mayo, quedó claro en el clima que allí se respiraba y en la lectura de las conquistas obtenidas que en esta ocasión el triunfo es parcial, pero contundente. Esto puede observarse más que en el comunicado del FOL (que ponemos a continuación) en el video de la nombrada Asamblea.

Comunicado de prensa

Buenos Aires, 15 de marzo de 2017

CON LUCHA Y ORGANIZACIÓN LOGRAMOS TRABAJO
Luego de un plan de lucha que se inició el martes con el acampe en la 9 de julio y que el miércoles se trasladó a Av. De Mayo y Piedras, desde el Frente de Organizaciones en Lucha (FOL) junto a otros movimientos sociales hemos llegado a un acuerdo con los funcionarios de los ministerios nacionales de Desarrollo Social y de Trabajo.

En un marco en el cual tras el primer año de gestión de Mauricio Macri sus políticas generaron un millón y medio de nuevos pobres y 600 mil indigentes, nos vimos en la obligación a salir a las calles para hacer visibles nuestros legítimos reclamos y exigir: trabajo genuino, salario igual a la canasta básica y paritarias sin techo.
Tras más de 24 horas de reclamo, el gobierno nacional se comprometió a dar lugar algunas de nuestras demandas básicas para paliar la delicada situación que atraviesan los sectores más vulnerados por el rumbo económico que el país ha tomado en los últimos años.

Durante nuestra protesta, junto a las que llevaban a cabo otras organizaciones en el resto del país, el gobierno mostró su insensatez y animosidad para tildarnos de desestabilizadores, y desprestigiar nuestros reclamos.
Nos acusaron de querer instalar «una sensación de ingobernabilidad” y tener «la decisión de poner el Gobierno en una situación de jaque permanente». La conflictividad social en aumento y los innumerables cortes en las últimas horas, ponen en evidencia que los reclamos son el resultado de la grave situación económica que sufren las grandes mayorías a costa de una brutal trasferencia de recursos de los sectores populares a los concentrados.

La Ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, evidenció que Cambiemos no duda en responder a las demandas básicas del pueblo con la represión a la protesta social, y no con una política de empleo y de seguridad social que articule trabajo y asistencia a los sectores más golpeados. Y reforzó esa línea cuando aseguró que «con nosotros no van a poder, si cortan una vía nacional se despeja».

Las conquistas conseguidas en estos días significan un avance y mejoramiento en las condiciones de vida de muchas personas que hoy padecen la crisis económica, pero entendemos que las políticas sociales implementadas están lejos de solucionar los problemas estructurales que nos aquejan, y así poder alcanzar los ingresos acordes para sostener a nuestras familias.

Al mismo tiempo exigimos que se implemente la Ley de Emergencia Social que fue aprobada hace tres meses en el Congreso de la Nación y que hasta el momento, de los 30 mil millones de pesos dispuestos, no se ha ejecutado ni un solo centavo.

Por estas razones entendemos que es urgente convocar a un paro nacional activo para discutir paritarias sin techo para nuestro sector y así alcanzar el sueldo mínimo que equipare el costo de la canasta básica.
Con lucha y organización, una vez más, conseguimos trabajo. La unidad de los trabajadores y trabajadoras de diferentes sectores sigue siendo la salida para la enfrentar política de hambre y de ajuste de Cambiemos.
Seguiremos en las calles en busca de trabajo y dignidad apostando por el cambio social.



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