23/02/2017

«Este despido es un ataque a la estructura sindical”

13320572_1184483374909582_3059140389229671493_o.jpg«Depende solamente de nosotros que no pase el ajuste en el ámbito de farmacia”, explica Gabriel, recientemente despedido por la empresa Farmacity. En diálogo con ANRed, habla de su situación, la inacción de su sindicato y la relación de su caso con un ajuste que se lleva adelante a nivel nacional. Por Santiago Nuñez, para ANRed.


«Hoy tuve una entrevista de trabajo”, dice, mientras sube por la escalera mecánica de un conocido shopping de Caballito. Seguramente, en aquel intercambio de ideas tuvo que presentarse, documento en mano. Por eso no puede su nombre completo salir en esta entrevista, fruto que es caso testigo de un ataque a cualquier tipo de organización sindical. Gabriel no solamente busca retornar su actividad laboral, se da el tiempo para aceptar ser parte de un panel para hablar de la «juventud y el ajuste”, en el barrio de Pompeya, donde los trabajadores de Artes Gráficas Rioplatenses ocupan su lugar de trabajo contra los despidos. «Lo mismo pasa en AGR -afirma- o con los petroleros en Vaca Muerta”. No entiende, así, su caso como algo aislado, sino como un método recurrente de las empresas de eliminar posibilidades de organización sindical para socavar conquistas y flexibilizar convenios. Por eso quiere dar a conocer su situación, y busca la reincorporación. Por eso arranca diciendo «Hola, soy Gabriel, despedido de Farmacity”

-¿Cuál fue la situación de tu despido?

Me despidieron de la sucursal del Cid Campeador el 27 de enero porque en noviembre solicité la afiliación a la Asociación de Empleados de Farmacia (ADEF). Él mismo tiene la particularidad de ser un sindicato en el que no dejan afiliar a sus trabajadores. Uno se acerca, pide la afiliación y te la niegan, por lo que en el mes de noviembre tuve que presentar una carta documento, solicitando mi afiliación y notificando a la empresa esto para evitar cualquier tipo de persecución.

-¿Con qué argumentos te niegan la afiliación?

Cuando uno va ahí, te preguntan por qué querés afiliarte y te explican que no hay motivos para hacerlo, puesto que uno puede gozar de los beneficios del gremio de todas maneras. Si uno insiste, te dan la ficha de afiliación. En muchos casos, a los compañeros los echan antes de tener la afiliación. Por eso yo fui, me presenté y luego pedí legalmente afiliarme, vía carta de documento el 23 de noviembre. A los 30 días no hubo ninguna respuesta del sindicato, por lo que uno debería quedar afiliado en términos legales. Me presento, entonces, en la sede del sindicato, para pedir mi carnet de afiliado. Y ahí me dicen: «Acá no afiliamos hace años. No sabemos ni cómo se afilia”. Tuvimos una discusión tensa. Luego, en una llamada en la que explico que yo ya estoy afiliado, me vuelven a hacer la pregunta de por qué es que quiero afiliarme. Explico que sirve para ser delegado. La respuesta fue la siguiente: «Bueno pero eso vos si querés podes venir acá, lo arreglamos”. Hay un bloqueo de la conducción sindical con el objetivo de que no se forme ninguna alternativa. Es un sindicato, ADEF, vaciado en su estructura sindical. De un padrón de 5000 afiliados que no se sabe ni quienes son votaron en la última elección solamente 200 personas.

-¿Qué relación mantiene ADEF con la empresa Farmacity?

El sindicato tiene un acuerdo con Farmacity, cuyo ex CEO es Mario Quintana, integrante del gabinete de Macri (Secretario de Coordinación Interministerial). ADEF evita cualquier posibilidad de que se le genere una oposición y, al mismo tiempo, la empresa, impide que se genere algún tipo de representación de lucha al interior de la empresa. Farmacity está en un proceso de aumento de la precarización y la flexibilización laboral. Antes de que me despidan, en mi sucursal, habían contratado a un joven con contrato eventual por cinco meses y esta semana contrataron a otro por 120 días. Es decir, acá hay un proceso de precarización que quiere profundizar la empresa y, por eso, quiere destruir cualquier tipo de organización de los trabajadores. También están recortando las horas nocturnas y achicando el personal. Hacemos un llamamiento general a los compañeros de Farmacity a poner en pie una organización para evitar la precarización.

-¿Fuiste recibido por la conducción de ADEF?

Me reuní y les plantee el problema del despido, no solamente en términos individuales sino desde el punto de vista de que es un ataque a la estructura sindical. Lo que me dijeron es que si el despido es sin causa, lo único por lo que pueden trabajar es por conseguir la correcta indemnización. Es decir, se lavan las manos. Esto demuestra la complicidad de un sindicato que está en la Corriente Federal, que supuestamente denuncia el inmovilismo de la CGT y saca comunicados contra el ajuste, pero cuando está pasando el ajuste en su lugar de trabajo, no hacen nada. Me han dicho: «¿Por qué vamos a intervenir por vos, si hay veinte despidos más en Farmacity?”, a lo cual yo dije: «Compañeros saltemos por los 20 despidos”. A nosotros nos descuentan el 2% de aporte al sindicato. Ellos están sentados en sus sillones y solamente les interesa cobrar esa plata. Depende solamente de nosotros, los compañeros de Farmacia, que no pase el ajuste dentro del gremio.

-La Corriente Federal dice no aceptar ninguna tregua con el gobierno. ¿Por qué creés que, en tu caso, ADEF actúa de esta manera?

La Corriente Federal trata de bloquear con un discurso progresista todo tipo de organización. Lo que buscan es contener a los sectores más descontentos con una variante más de la Burocracia Sindical. La Corriente Federal no rompió con la CGT por querer luchar contra el ajuste sino por una cuestión de cargos. No han movido ni un dedo para enfrentar el ajuste.

-Mencionaste que tu caso se da en el marco de un avance y una profundización en la flexibilización laboral que realiza la empresa Farmacity. ¿Entendés esto como un caso aislado o lo colocas en un marco más general?

Esto se está viendo a nivel nacional. Lo estamos viendo con la lucha de AGR (Artes Gráficas Rioplatenses, perteneciente al Grupo Clarín), donde despidieron a 380 trabajadores con el solo objetivo de liquidar el convenio colectivo de trabajo. No es casualidad que sea Mario Quintana, ex CEO de Farmacity, quien negocia junto con el ministro de Trabajo Jorge Triaca y el «triunvirato” de la CGT, de qué manera modificar los convenios colectivos de trabajo para lograr una mayor flexibilización. Lo mismo pasa en Mascardi y con los petroleros de Vaca Muerta. Es un paso más de lo que está sucediendo a nivel nacional. Lo irrisorio es que Farmacity, además, firmó el «convenio anti-despidos” hasta el 30 de marzo. A mí me despidieron antes.

-¿Cuáles son los pasos a seguir de cara a una campaña por tu reincorporación?

Va a circular un volante con la necesidad de realizar una reunión abierta para discutir con los trabajadores de las diferentes cadenas y qué método de lucha vamos a llevar a cabo. Esto va más allá de mi reincorporación sino que es contra la precarización general en Farmacity.



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