Duras críticas al gobierno nacional por el rumbo hacia los Tratados de Libre Comercio
A sala llena, se realizó en el Congreso Nacional una Audiencia Pública que analizó la reciente adhesión de la Argentina al bloque de la Alianza del Pacífico y la orientación a incorporarse al tratado de libre comercio TPP (TransPacific Partnership). Este debate se enmarcó en la búsqueda del gobierno actual de establecer Tratados de Libre Comercio con la Unión Europea, con Estados Unidos y con China. Por Leandro Rodriguéz para ANRed
La Audiencia fue abierta y coordinada por sus organizadores de la Asamblea «Argentina mejor sin TLC” . En este espacio confluyen numerosas organizaciones políticas, sindicales y sociales con amplio trabajo en la resistencia a los TLC.
Los organizadores señalaron que «las negociaciones de TLC se están realizando sin abrir un debate entre los diversos sectores nacionales con el fin de conocer los impactos que tendría la apertura indiscriminada a más inversiones extranjeras y a los productos importados en cada sector. Esta falta de democracia pone en jaque la idea de «desideologizar” la política exterior que ha planteado el gobierno: más bien, los TLC demuestran ser la agenda de las corporaciones y de los sectores económicos más concentrados, y no de los pueblos (…) estas negociaciones denotan un drástico cambio de rumbo en la política internacional que está llevando adelante el actual gobierno argentino. Este giro implica un congelamiento de los procesos de integración regional, exacerbando la competencia entre los Estados en lugar de desarrollar la integración solidaria”.
18 oradores de organizaciones especializadas en la temática analizaron con profundidad el papel de los TLC en las iniciativa de los EEUU para sostener su hegemonía en el orden mundial. Señalaron la simultaneidad y complementariedad del TPP, con el TTIP (EEUU-Unión Europea) y los TLC bilaterales que vienen implementando con numerosos países latinoamericanos tras el fracaso del ALCA.
Los oradores enfatizaron que los TLC no son sólo tratados de libre comercio, sino que más importante aún son las graves concesiones de soberanía nacional que implican a favor del estado norteamericano y de las corporaciones, que pasan a controlar las leyes y la jurisdicción de las mismas. Estas leyes incluyen el control corporativo sobre los mismos fundamentos de la vida: las semillas y el ADN. También implican el control corporativo sobre recursos estratégicos como las telecomunicaciones, banca y energía, generando condiciones para que las ventajas comparativas locales queden en manos de pequeños sectores nacionales asociados a ellas y el resto de las cadenas de valor firmemente controladas por ellas.
Los TLC le otorgan enormes beneficios a los capitales más concentrados, en detrimento de los derechos de los trabajadores. Limitan, además, la facultad de los Estados de establecer regulaciones medioambientales. Refuerzan la capacidad de las multinacionales de los países centrales para cobrar marcas y patentes, en detrimento de la producción de medicamentos genéricos por parte del sector público.
También se advirtió que estos acuerdos se negocian en total secreto y sin ningún acceso de la sociedad civil a los borradores de los textos.
Diversos panelistas mostraron que los efectos negativos de los TLC ya se vienen produciendo. La investigadora de la UNAM México Josefina Morales y Vanesa Ramírez del Polo Democrático de Colombia hicieron una apretada síntesis de esos efectos en sus países. Morales evaluó que estos TLC «constitucionalizan la libertad del capital y el control de aquel sobre los trabajadores y sus condiciones de vida”.
Por su parte Carlos Vicente, de Grain y Acción por la biodiversidad afirmó que la Ley de Semillas abrirá las puertas para que se profundice la expropiación y privatización de la biodiversidad agrícola y silvestre de Argentina y fortalecerá un sistema policial para asegurar el cumplimiento de esta ley, destruyendo a su vez las múltiples experiencias basadas en la Agroecología (productivas y de autoconsumo) que representan el punto de partida para las transformaciones necesarias en nuestro país.
Fue notable observar cómo la enorme mayoría de los presentes ya se conocían de anteriores encuentros y luchas contra esta política de TLC que ya intentó ser aplicada en los noventa. Sin embargo también se notaba un resquemor, tras doce años de kirchnerismo que dividió a buena parte de estas organizaciones.
Además de los ya nombrados, participaron de la Audiencia diputados del FPV, de Proyecto Sur -que fueron quienes gestionaron la sala donde se realizó la audiencia- del PTS en el FIT. Estuvieron también ATTAC, SERPAJ, miembros de las dos CTA, de la CLATE (Confederación Latinoamericana de Trabajadores del Estado), (ALPymes de América Latina), Secretaría de Asuntos Institucionales de la CGT, «Argentina contra el TPP”, Libres del Sur, Patria Grande, COB La Brecha, Pañuelos en Rebeldía y Emancipación Sur, entre otros.